¿Qué es la Depresión?
La Depresión es un trastorno del estado del ánimo. Todas las personas pueden sentir tristeza y abatimiento de forma transitoria por algún motivo concreto a lo largo de la vida, pero cuando hay una presencia continuada de tristeza, cansancio, pérdida de interés, falta de concentración, sentimientos de inutilidad, desesperanza y culpa entre otros síntomas, y estos repercuten negativamente en el funcionamiento diario, estamos hablando de un proceso depresivo.
Nadie es culpable de sufrir depresión, sino que existen razones para estar deprimido y que tienen que ver con las experiencias y situaciones de la vida.
La depresión impacta gravemente en la vida de quien la padece y afecta a su entorno más cercano. Los síntomas pueden durar semanas, meses e incluso años. Llega a incapacitar de tal manera que puede llevar a no poder enfrentar las labores cotidianas, ya sea por bloqueo o por evitación, y lo que se hacía antes con normalidad, ahora supone un tremendo esfuerzo y desgaste.

Por eso, si sientes tristeza, culpa y desesperanza, cansancio o pesimismo. Si te sientes inútil y ya no disfrutas con nada e incluso has pensado en el suicidio, podrías estar padeciendo un proceso depresivo.
Nadie tiene la culpa ni está fallando por sufrir un cuadro depresivo, este no se elige, aunque sí se puede elegir actuar para hacer que la depresión vaya a menos hasta desaparecer.
Síntomas de la Depresión
La depresión afecta a diferentes niveles:
- FÍSICO
- EMOCIONAL
- CONDUCTUAL
- COGNITIVO
Dificultad para conciliar el sueño o exceso de sueño, dificultad para levantarse por la mañana y afrontar el día, pérdida o aumento de peso, disminución o pérdida del deseo sexual, molestias físicas, cansancio y fatiga.
Sentimientos persistentes de tristeza, desesperanza, autodesprecio, pesimismo, culpa, frustración, desamparo, fracaso, inutilidad, vacío. Sentirse como “atrapado” y pérdida de interés o de placer en las cosas que antes sí había.
Llanto, falta de cuidado y aseo personal, agitación o enlentecimiento motor, irritabilidad, evitación de tareas cotidianas, tendencia al aislamiento, inactividad, postura corporal decaída, bajo o nulo nivel de actividades de ocio o que reporten placer, verbalizaciones recurrentes sobre problemas, deterioro de las relaciones interpersonales, conductas autolesivas.
Pensamientos negativos acerca de uno mismo, del futuro y de los demás. Problemas de atención, memoria y concentración, dificultad para tomar decisiones, déficit en resolución de problemas, dificultad para recordar detalles, continuas expectativas negativas. Ideación suicida, pensamientos recurrentes de muerte.
Tipos de Depresión
Depresión Mayor: los síntomas depresivos son intensos y aparecen en episodios que pueden durar semanas o meses.
Trastorno depresivo persistente o Distimia: los síntomas depresivos son menos intensos, pero duran como mínimo dos años.
Trastorno depresivo inducido por una sustancia/medicamento: los síntomas depresivos se desarrollan durante o después de la intoxicación o abstinencia de una sustancia o después de la exposición a un medicamento.
Trastorno depresivo debido a otra afección médica: los síntomas depresivos son la consecuencia fisiopatológica directa de otra afección médica (hipotiroidismo, diabetes, anemia, etc.).
Trastorno de adaptación: los síntomas depresivos se deben a algún problema, factor estresante agudo o cambios vitales dolorosos.
Trastorno disfórico premenstrual: síntomas depresivos en la mayoría de los ciclos menstruales de las mujeres que lo padecen.
Otros trastornos depresivos: procesos depresivos que forman parte del conjunto de síntomas de enfermedades psiquiátricas (trastorno bipolar, trastorno ciclotímico, depresión psicótica, etc.) y de otras causas no psiquiátricas como el trastorno depresivo estacional y la depresión postparto.

Causas de la Depresión
Las experiencias complejas como la depresión no se pueden explicar por una causa única, puesto que obedece a diversos factores:
-
Psicológicos
Baja autoestima, perfeccionismo, baja tolerancia a la frustración, pensamientos negativos, conflictos interpersonales, problemas de relación con los demás, inseguridad, dependencia, autoexigencia, etc.
-
Ambientales
Situaciones de estrés continuado, pérdidas de seres queridos (fallecimientos o rupturas sentimentales), divorcio, desempleo, cuidar de un familiar enfermo durante años, sucesos traumáticos en la infancia o actuales (agresión, acoso escolar o laboral, violación, rechazo, maltrato, etc.), cambios drásticos no deseados en el estilo de vida, soledad, situaciones conflictivas en el entorno cercano, etc.
-
Médicos
Dolor prolongado o enfermedad grave (hipotiroidismo, cáncer, hepatitis, etc.), deficiencias nutricionales (como folato y ácidos grasos omega-3), postparto, problemas de sueño, consumo de fármacos, alcohol, drogas, etc.
-
Bioquímicos
Por ejemplo, tener bajos los niveles de serotonina.
-
Genéticos
Antecedentes familiares.
No obstante, las investigaciones muestran que habitualmente no es estrictamente necesario determinar una causa exacta para vencer la depresión.

Consecuencias de la Depresión
El deterioro personal, la pérdida de ilusión y de ganas de vivir, de realizar actividades y ocio, de relacionarse con los demás, el deterioro de la sexualidad, etc., afecta gravemente a quien sufre la depresión.
El entorno familiar siempre se ve afectado, especialmente el más cercano y quien convive diariamente con la persona afectada de depresión, como pareja, hijos o padres. Las relaciones familiares se van deteriorando en función de la gravedad del proceso depresivo.
El desempeño profesional también queda afectado, especialmente por problemas cognitivos como dificultades de concentración, atención, memoria y embotamiento mental, incidiendo directamente en el rendimiento. Además, puede afectar por causa de absentismo laboral y en las relaciones interpersonales de este ámbito.
Las relaciones sociales y en especial los amigos íntimos sufren las consecuencias de la depresión al verse afectados por la tendencia al aislamiento. La falta de motivación para relacionarse conduce a la pérdida de relaciones sociales y al aislamiento social.
Sin duda, el mayor riesgo y la peor consecuencia de la depresión es el suicidio. Según la Organización Mundial de la Salud, cada año se registra un millón de suicidios en el mundo. En España, se enmarca el suicidio como la principal causa de muerte no natural. Cada día se suicidan en España una media de once personas o, lo que es lo mismo, una cada dos horas y quince minutos (según el INE-2022).
Las personas con depresión presentan un riesgo de suicidio 30 veces superior a la población general. Por ello, prevenir y evitar el suicidio es primordial, y para ello es fundamental detectar la depresión y tratarla adecuadamente.
La depresión puede afectar a la salud física de múltiples maneras, pudiendo aparecer ansiedad, falta de energía o fatiga, dolores de cabeza y dolores musculares, mayor riesgo de desarrollar otro padecimiento de salud mental, uso y abuso de sustancias tóxicas, úlceras y dolores de cabeza crónicos debido a la tensión, y debilitamiento del sistema inmunológico, por lo que también está asociada a numerosas enfermedades, infecciones y hasta problemas cardiovasculares.
¿Necesito ayuda profesional?
Necesito ayuda profesional si:
Me siento triste continuamente, aunque a veces tenga que disimularlo.
Se me hace muy pesado levantarme por la mañana y afrontar el día.
Ya no disfruto con las cosas que antes me hacían sentir bien.
Siento desesperanza, culpa y vacío interior.
Tengo pensamientos negativos sobre mí y el futuro.
Tengo un cansancio y desgana que no me deja hacer las cosas como las hacía antes.
Me cuesta concentrarme y tomar decisiones.
He perdido la ilusión, me siento inútil y tiendo a aislarme.
Me siento atrapado/a sin ser capaz de salir por mi cuenta de esta situación.
Pienso que la muerte pondría fin a mi sufrimiento.

Terapia de la Depresión
Es importante tratar la depresión cuanto antes para ayudar a prevenir una crisis de salud mental.
La terapia para la depresión es un tratamiento que, por la propia complejidad de los procesos depresivos, se adapta y personaliza a la situación particular e historia vital de cada persona para poder así obtener la mayor eficacia terapéutica.
No obstante, la proyección general del tratamiento para la depresión consiste en:
– Comprender qué tipo de depresión se padece y qué lo causa.
– Conectarse a la vida, vencer la inercia mediante la activación conductual, de tal manera que al cambiar la forma de hacer las cosas cambiemos cómo nos sentimos y recuperar así las ganas de vivir.
– Dotar de herramientas y recursos necesarios para afrontar y resolver los problemas que causan o mantienen la depresión.
– Subir la autoestima, la autoconfianza y la percepción de autoeficacia como elementos claves para combatir la depresión.
– Aumentar la motivación para realizar las tareas o actividades necesarias y cotidianas (casa, trabajo, hijos, ocio, amigos, etc.).
– Tratar los pensamientos negativos y las obsesiones que alimentan la depresión, desactivándolos y sustituyéndolos por pensamientos positivos y funcionales para recuperar una mente despejada y productiva.
– Reducir hasta eliminar los sentimientos de tristeza, culpa, frustración, desamparo, fracaso, vacío, etc., que generan tanto dolor y sufrimiento.
– Recuperar el buen descanso y la alimentación como bases de la salud.
En definitiva, engancharse de nuevo a la vida y volver a sentir alegría y ganas de vivir.

Cada paso que nos aleja de la depresión cuenta.
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